Actividades comunicativas con podcast para el aprendizaje del español americano (Lingüística aplicada y nuevas tecnologías)
Estrategias de aprendizaje para la elaboración y producción de discursos expositivos y narrativos orales en español como lengua extranjera
Las propuestas metodológicas actuales, en lo que a la enseñanza de lenguas respectan, tienen como punto central el desarrollo de las destrezas orales en el aula, teniendo por objeto que el estudiante llegue a ser competente en el uso de la lengua. Ello quiere decir que la labor docente tiene como fin último adquirir paulatinamente las competencias lingüísticas necesarias para ello, a saber, la gramatical, la léxica, la pragmática, la sociolingüística, la comunicativa, etc. A estas competencias generales de la lengua cabe añadir la estratégica, que cobra especial interés en las últimas tendencias metodológicas. Tal es así, que cualquier diseño curricular actual que se precie ha de prestar atención al componente estratégico como un elemento más que desarrollar en las aulas de lenguas en particular. Con ello se pretende hacer al aprendiz de lenguas un hablante estratégico que pueda, por un lado, desenvolverse en un acto de comunicación con sus propios recursos lingüísticos, y por otro lado, que sea capaz de reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje, y de ese modo, fomentar tanto la autonomía como el deseo de aprender durante toda una vida. Sin embargo, muy raras veces se presta atención en los manuales o en los programas de español como lengua extranjera a este componente del aprendizaje estratégico y a su implementación en el aula de manera sistemática y al mismo nivel que el resto de elementos curriculares como pueda ser la enseñanza de gramática o léxico, por citar algunos de ellos. Así pues, cuando nos surge la pregunta de qué es lo que distingue a un buen estudiante de lenguas del que no lo es, la respuesta puede residir precisamente en el desarrollo de las estrategias que permitan la consecución de las tareas de lengua de manera efectiva al poner en marcha los mecanismos cognitivos, metacognitivos y socioafectivos necesarios para ello. De esto se desprende que del mismo modo que enseñamos a los estudiantes de lenguas unos contenidos gramaticales, de léxico o fonéticos, no hemos de olvidarnos del motor que puede hacer que esos contenidos relacionados con la lengua en uso puedan llevarse a cabo con mayor éxito, es decir las estrategias de aprendizaje. De esta manera, se obtiene como resultado aprendices de lengua con un incremento de la competencia comunicativa
La adquisición del español como lengua extranjera por estudiantes adolescentes brasileños invidentes
La enseñanza de la lengua española a partir de los textos literarios: análisis del discurso de la narrativa fantástica del siglo XIX
Non-linear dynamics of adult non-native phoneme acquisition perception and production
El uso del juego dramático en la enseñanza de lenguas: las destrezas orales
Posibilidades de la práctica sistemática en el tratamiento didáctico de aspectos formales en la enseñanza de idiomas. Estudio sobre sus efectos en el aprendizaje de la distinción modal en español como lengua extranjera
El análisis de resultados reveló que: (1) la instrucción formal materializada como la combinación de información explícita y actividades de práctica sistemática resulta siempre más eficaz que la ausencia de instrucción formal; sin embargo, la instrucción formal que cristaliza en técnicas de la AF no siempre produce, estadísticamente hablando, resultados superiores a la ausencia de instucción; y, (2) la instrucción formal resulta más efectiva cuando se materializa en la combinación de información explícita y actividades de práctica sistemática que cuando se materializa en procedemientos de la AF.
A la luz de tales resultados, se concluye que (a) las actividades de práctica sistemática que involucran al aprendiz en la comunicación a través de ciertas formas lingÜísticas (a.1) no son estrictamente necesarias pero sí facilitadoras del proceso de aprendizaje; y, (a.2) deberían contemplarse como un componente más de la instrucción formal por lo menos cuando se trata de la adquisición de formas inherentemente difíciles, durante un periodo breve de tiempo, y cuando los aprendices no cuentan con conocimiento previo sobre la forma meta. Asimismo se concluye que (b) la instrucción formal sí contribuye al aprendizaje lingüístico, especialmente si integra actividade de práctica sistemática.