Descripción:
Un análisis de la producción crítica y literaria en dos países tan diferentes como Benín y España nos permite observar tendencias unificadoras y disgregadoras. Por un lado, las modas, los gustos, las ideas¿ se expanden más allá de las fronteras. La literatura, como objeto estético y como objeto de consumo, no escapa a estas consideraciones. Sin embargo, las diferencias que establece la economía repercuten directamente en el ámbito cultural y educativo.
La novela beninesa y española en los últimos años nos proporcionan un buen ejemplo para entender la situación actual de ambos países, los rasgos que comparten, así como las diferencias que los separan. En España, destacamos una serie de rasgos significativos. Entre ellos podemos señalar los siguientes: la influencia creciente de la literatura extranjera, especialmente la procedente de Estados Unidos; su relación especial con los productos audiovisuales; la revalorización del best-seller, del libro concebido ante todo como un objeto que se vende; la importancia de las novedades en el mercado editorial y, por tanto, de lo actual sobre el pasado; el predominio de una literatura centrada en el análisis de la intimidad y de lo individual. Sin olvidar, lo que constituye hoy un rasgo central: la concentración de medios, la creación de grupos multimedia que engloban televisión, radio, diarios, editoriales y librerías. Se trata de una trayectoria comparable a la del resto de países europeos con muchos aspectos positivos y otros negativos vinculados sobre todo con el creciente proceso de mercantilización y la tendencia a convertir todo en entretenimiento.
La situación cultural de Benín resulta muy diferente. La globalización parece haberse detenido en lo audiovisual. La cultura vinculada a los libros literarios no constituye ante todo un mercado. Pocos autores disponen de una página web. Tampoco hay gran presencia en los medios de los mismos. No hallamos una red de distribución consolidada. El mercado, cuando existe, no condiciona el escritor imponiéndole determinados géneros o temáticas; la necesidad de acumular novedades en las librerías no marcan tampoco la producción cultural. Hay excelentes escritores como Jérôme Carlos, Florent Kouao Zoti o Jean Pliya. Pero los autores surgen como figuras aisladas y no son vistos como integrantes de un sistema literario. Y evidentemente las dudas, los problemas e inquietudes de los autores son muy distintos. Pero no podemos olvidar, al mismo tiempo, que la globalización nos ofrece también acontecimientos comunes tan interesantes como las migraciones, que se analizan desde diferentes puntos de vista.
La misma tendencia podemos observar en la didáctica de los idiomas. Los nuevos enfoques comunicativos surgidos en Estados Unidos y en Inglaterra se difundieron en España y cuentan ya con una extensa aplicación en la práctica investigadora y académica de organismos como el Instituto Cervantes.