VI Congreso Internacional de Análisis Textual
La crisis de los relatos, grandes y pequeños, fue uno de los tópicos mayores del pasado siglo. Y ello casi desde su comienzo, como se manifestó en el hecho de que para las llamadas vanguardias históricas la palabra relato llegara a ser considerada como sinónimo de mistificación y de engaño. No puede decirse lo mismo ahora, y no porque la consideración hacia los relatos, a su ser y su función, haya variado en lo esencial, sino por esa peculiar molicie intelectual del nuevo siglo, entregado sin mayor resistencia a un sorprendente proceso de desertización intelectual del que probablemente la caída misma de los relatos sea uno de sus motivos mayores. A fin de cuentas, si todo relato es ficción, ilusión imaginaria, ¿para qué perder el tiempo con el pensamiento? Y sin embargo desde los márgenes, los relatos, si se quiere pequeños, pero relatos al fin, insisten. Como insisten en reclamarlos tantos lectores y espectadores. Pensar esa insistencia, esa necesidad y esa demanda, sigue siendo una tarea necesaria en la que la antropología, la semiótica, la filosofía, la historia y el psicoanálisis se encuentran igualmente concernidos.