La enseñanza de léxico a estudiantes chinos. Criterios para el análisis del tratamiento del léxico en manuales de ELE
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En la actualidad, son muchos los docentes de E/LE que cuentan con estudiantes chinos en sus aulas. Dichos estudiantes provienen de culturas de aprendizaje con características, al menos, particulares. Un conocimiento profundo de las mismas será la mejor forma de optimizar al máximo el proceso de enseñanza/ aprendizaje de estos estudiantes. Consideramos que, dentro del mencionado proceso, el estudio del léxico juega un papel fundamental. El alumno chino suele enfrentarse al mismo mediante la confección de listas de unidades léxicas descontextualizadas que, en muchos casos, no representan el procedimiento más adecuado de hacerlo. Partiendo de esta convicción, siempre desde el respeto hacia las culturas de aprendizaje chinas, proponemos otras formas de estudio que puedan resultarles más provechosas. Por último, analizaremos qué tratamiento se hace del léxico en tres manuales que han sido publicados específicamente para atender las necesidades del tipo de aprendientes que nos atañe. A partir de una serie de criterios, decidiremos hasta qué punto se adaptan a las formas de estudio de léxico por las que abogamos.
Llegamos al fin de nuestro trabajo con la profunda convicción de que el aprendizaje del léxico en lengua española es una tarea cognitiva mucho más compleja que el simple emparejamiento de unidades léxicas en determinadas listas. Por ello, nuestros aprendientes chinos han de ser conscientes de que el aprendizaje de una unidad léxica determinada es un proceso gradual, progresivo, constructivo y cíclico. Para llevar a cabo el mencionado proceso, se hacen necesarios el desarrollo de una serie de estrategias que fomenten la efectividad del mismo. Adquirir léxico no se limitará a identificar determinadas unidades con su significado sino que tendremos que interpretarlas, utilizarlas, retenerlas y reutilizarlas. Por otro lado, las actividades que llevemos a cabo en el aula tendrán que contar con un componente de realidad. Es básico que nuestros aprendiente sientan que pueden hacer cosas a partir de las propuestas que les presentemos. En el caso de los estudiantes que nos atañen, contamos, además, con la ventaja del alto grado de pragmatismo que los caracteriza. Como se ha demostrado, las culturas de aprendizaje chinas tienen un papel determinante en los perfiles que presentan nuestros estudiantes. En un primer momento, dichas culturas pueden representar un conflicto con respecto a nuestra visión del proceso de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, somos de la opinión de que, desde el respeto, el diálogo y cierto sincretismo, podremos llevar a cabo todo lo que nos propongamos. Nuestro papel como docentes comprometidos con la causa, debe ser el de adoptar un rol de guía o intermediario, es decir, acompañarlos sin imponer nada. Debemos mostrarles cómo sacar un mayor partido a sus capacidades de estudio pero, bajo ningún concepto, creernos en posesión de la metodología o del enfoque perfecto. 88 En todo caso, nuestros esfuerzos se dirigirán a: 1) definir cuáles son las necesidades léxicas con las que van a enfrentarse nuestros aprendientes chinos y 2) dar un uso apropiado a las herramientas con las que contemos. Igualmente, nos parece oportuno comentar que no nos cabe duda alguna de que nuestros estudiantes chinos pueden aprender haciendo uso de cualquiera de los manuales que hemos analizado en el presente trabajo. Eso sí, nuestros esfuerzos tendrán que ir orientados hacia la adaptación de los mismos para que se ciñan totalmente a las necesidades que presenten los alumnos en cuestión. Por último, consideramos que los criterios que hemos aportado, a partir de los trabajos de los tres expertos seleccionados, podrían constituir un modelo aplicable a otros materiales que fueran apareciendo en el futuro y que pretendieran dar respuesta a las necesidades a las que nos hemos referido. Como principal novedad, consideramos de vital importancia en dichos materiales una atención específica al criterio de la interculturalidad.
Llegamos al fin de nuestro trabajo con la profunda convicción de que el aprendizaje del léxico en lengua española es una tarea cognitiva mucho más compleja que el simple emparejamiento de unidades léxicas en determinadas listas. Por ello, nuestros aprendientes chinos han de ser conscientes de que el aprendizaje de una unidad léxica determinada es un proceso gradual, progresivo, constructivo y cíclico. Para llevar a cabo el mencionado proceso, se hacen necesarios el desarrollo de una serie de estrategias que fomenten la efectividad del mismo. Adquirir léxico no se limitará a identificar determinadas unidades con su significado sino que tendremos que interpretarlas, utilizarlas, retenerlas y reutilizarlas. Por otro lado, las actividades que llevemos a cabo en el aula tendrán que contar con un componente de realidad. Es básico que nuestros aprendiente sientan que pueden hacer cosas a partir de las propuestas que les presentemos. En el caso de los estudiantes que nos atañen, contamos, además, con la ventaja del alto grado de pragmatismo que los caracteriza. Como se ha demostrado, las culturas de aprendizaje chinas tienen un papel determinante en los perfiles que presentan nuestros estudiantes. En un primer momento, dichas culturas pueden representar un conflicto con respecto a nuestra visión del proceso de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, somos de la opinión de que, desde el respeto, el diálogo y cierto sincretismo, podremos llevar a cabo todo lo que nos propongamos. Nuestro papel como docentes comprometidos con la causa, debe ser el de adoptar un rol de guía o intermediario, es decir, acompañarlos sin imponer nada. Debemos mostrarles cómo sacar un mayor partido a sus capacidades de estudio pero, bajo ningún concepto, creernos en posesión de la metodología o del enfoque perfecto. 88 En todo caso, nuestros esfuerzos se dirigirán a: 1) definir cuáles son las necesidades léxicas con las que van a enfrentarse nuestros aprendientes chinos y 2) dar un uso apropiado a las herramientas con las que contemos. Igualmente, nos parece oportuno comentar que no nos cabe duda alguna de que nuestros estudiantes chinos pueden aprender haciendo uso de cualquiera de los manuales que hemos analizado en el presente trabajo. Eso sí, nuestros esfuerzos tendrán que ir orientados hacia la adaptación de los mismos para que se ciñan totalmente a las necesidades que presenten los alumnos en cuestión. Por último, consideramos que los criterios que hemos aportado, a partir de los trabajos de los tres expertos seleccionados, podrían constituir un modelo aplicable a otros materiales que fueran apareciendo en el futuro y que pretendieran dar respuesta a las necesidades a las que nos hemos referido. Como principal novedad, consideramos de vital importancia en dichos materiales una atención específica al criterio de la interculturalidad.
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